Tristeza de Invierno

Trastorno Afectivo Estacional – Depresión Invernal

La Tristeza de Invierno es el principal síntoma del SAD (“Triste”) del inglés Seasonal Affective Disorder, en español, Trastorno Afectivo Estacional, que es un tipo de depresión que aparece o empeora durante los cambios estacionales, más frecuentemente, en el otoño e invierno.

La depresión invernal, depresión estacional o depresión de invierno, son maneras de referirse al mismo trastorno, que presenta los síntomas de la depresión común, con la diferencia de que aparecen en otoño y se prolongan durante el invierno, desapareciendo con la llegada de la primavera.

Su prevalencia es alta, afectando a entre el 1 y 10% de la población, siendo los síntomas variables en intensidad, desde leve a elevada.

Entre el 10% y 20% de las personas diagnosticadas de depresión presentan un patrón estacional, pudiendo reaparecer o empeorar los síntomas durante el otoño y el invierno.

Causas de la depresión de invierno

Aunque es bien conocido que el cambio de estaciones afecta al estado de ánimo, no hay una explicación científica clara de qué lo causa.

La hipótesis más avalada es la influencia de la disminución de luz en los ritmos biológicos que provocan desajustes en algunas hormonas y neurotransmisores, como la melatonina (que interviene en la regulación del sueño) y la serotonina (implicada directamente en el estado de ánimo).

No obstante, como en la mayoría de los trastornos psicológicos, la causa suele ser multifactorial. Pueden estar implicados, además, la disminución de actividades gratificantes, el sedentarismo, el mayor aislamiento por la climatología, menos eventos sociales, etc., que son precursores y mantenedores del bienestar emocional.

Aunque los factores de riesgo no están suficientemente probados, parece que ser mujer, entre los 18 y los 30, vivir en alta latitud y estar diagnosticada de otros trastornos mentales, como depresión, ansiedad, o trastorno bipolar, aumentan el riesgo de padecer un empeoramiento del estado de ánimo en otoño e invierno.

También es posible que haya un factor hereditario.

Síntomas del Trastorno Afectivo Estacional

Según el DSM 5 (Manual Diagnóstico de la Asociación Americana de Psiquiatría), los síntomas son los mismos que la depresión mayor, pero con un patrón estacional de aparición siempre en el otoño – invierno y desaparición en primavera.

Los más significativos son los siguientes:

  • Sentimientos de tristeza, vacío, desánimo y desesperanza, durante la mayor parte del día, casi todos los días. En niños y adolescentes, suele manifestarse como irritabilidad.  No hay motivo para sentirse así o, en caso de haberlo, no justifica tanta depresión.
  • Pérdida de interés o dificultad para disfrutar y experimentar placer (anhedonia) en casi todas las situaciones y actividades, casi todo el tiempo y casi todos los días. Se nota principalmente en aquellas actividades y hobbies que antes sí eran placenteros.

Además, son muy frecuentes:

  • Disminución de la energía, el cansancio, la fatiga, incluso para llevar a cabo pequeñas tareas (apatía). Todo parece requerir un esfuerzo enorme.
  • Incapacidad para pensar, concentrarse o tomar decisiones. Se muestran distraídos, olvidadizos, cuesta seguir una conversación, o realizar actividades como leer, escribir un email o responder un mensaje. En niños y adolescentes puede reflejarse en disminución brusca del rendimiento escolar. En ancianos, puede confundirse con síntomas de demencia.
  • Pensamientos relacionados con la muerte, ideas de suicidio o, incluso, los intentos de suicidio. Pueden ser pasivos, por ejemplo, desear no despertarse por la mañana o que les ocurra un accidente mortal; o más estructurados, con planes de quitarse la vida, lo que es un claro indicador de severidad de la depresión.

El estado de ánimo decae hasta tal punto, que el malestar que sufre la persona es tan elevado que puede llegar a ser incapacitante para realizar las actividades cotidianas y laborales.

Los anteriores síntomas, definitorios del trastorno, pueden venir acompañados de otros menos frecuentes, pero que pueden ayudar a identificar mejor lo que está ocurriendo:

  • Cambios bruscos de apetito y peso (disminución o aumento).
  • Insomnio o hipersomnia.
  • Sentimientos de inutilidad, culpa y pensamientos rumiativos sobre errores del pasado.
  • Agitación, incapacidad para estarse quieto o permanecer sentado, movimientos nerviosos, tics, etc. o enlentecimiento, tanto en los movimientos corporales como en el habla.

El estado de ánimo decaído conduce a la disminución de actividades gratificantes, al aislamiento social y a desatender el autocuidado, lo que a su vez exacerba y mantiene la depresión, convirtiéndose en un bucle de sufrimiento emocional persistente y muy invalidante.

¿Qué hacer si creo que tengo Depresión Estacional?

Es importante distinguir si es la primera vez que notas una relación clara entre la llegada del otoño – invierno y los síntomas de depresión.

En el caso de que ya tengas un diagnóstico de depresión u otro trastorno mental y estés medicado, es recomendable solicitar una revisión de la medicación si notas empeoramiento del estado de ánimo en otoño – invierno. Si estás, además, asistiendo a psicoterapia, deberás informar a tu psicólogo del empeoramiento.

Si es la primera vez y no has sido diagnosticado antes de depresión, es muy recomendable hacerse un chequeo médico en atención primaria para descartar otros posibles factores orgánicos. Si se descartan dichos factores, entonces hay que emprender un tratamiento adecuado para la depresión.

¿Cuál es el tratamiento para la Depresión Estacional?

La sintomatología y el impacto negativo en la vida diaria del paciente es quien determinará el tratamiento personalizado más adecuado. Podemos distinguir 3 estrategias, que lo más habitual, es que puedan realizarse de manera simultánea.

  • Psicoterapia o terapia psicológica: Dirigida a desarrollar las competencias de gestión emocional, el restablecimiento de hábitos saludables, la identificación de pensamientos y creencias negativas, cambios en estilo de vida y afrontamiento activo de situaciones desagradables.
  • Fototerapia: hay dos tipos de luz usadas: la luz azul de baja intensidad y la luz natural de alta intensidad (baja en UVA), que se administran a través de unas lámparas. No es un tratamiento habitual debido a la prescripción de medicamentos. También puedes hacer lo más lógico: pasa en el exterior todo el tiempo que puedas.
  • Medicamentos antidepresivos: Los ISRS (Inhibidores Selectivos de Recaptación de Serotonina) son fármacos de elección en este tipo de trastorno. Ejemplos son el citalopram, escitalopram, fluoxetina, paroxetina y sertralina.

Los medicamentos no siempre tienen el efecto beneficioso deseado y frecuentemente tienen efectos secundarios.

La fototerapia, en algunos estudios, demuestra una eficacia similar a los anteriores, con pocos o ningún efecto secundario y parece mejorar la efectividad de los otros tratamientos. Puedes encontrar lámparas de fototerapia para la depresión en Amazon u otros distribuidores. Fíjate en que tengan una intensidad de al menos 10.000 lux, que sean de «espectro completo» y con una temperatura de color de 6000 K o similar, es decir, que simulen la luz solar. Es importante que no emitan UV (casi ninguna lo hace, pero mejor asegurarse). Te recomendamos que si vas a comprar una, tenga intensidad y temperatura de color variables, para que pruebes la que más agradable te sea.

Estos tratamientos están dirigidos únicamente a tratar los síntomas, es decir, son como un paracetamol para el dolor de cabeza. Sin embargo, son pasivos, es decir, no enseñan modos activos de afrontamiento emocional y psicológico más adaptativos y funcionales, como la terapia psicológica.

Cualquier tratamiento para la depresión, sea estacional o no, debe incluir psicoterapia o terapia psicológica.

La terapia psicológica será personalizada e incluirá una evaluación exhaustiva para conocer los factores involucrados en el decaimiento del estado de ánimo, es decir, no solo “la estacionalidad”, sino otros factores psicosociales que predisponen al paciente a padecer este trastorno o a exacerbar un trastorno previo ya diagnosticado.

¿Qué puedo hacer “YO” para tratar la depresión estacional?

1er paso:  aprender

Esperamos que este artículo te ayude a conocer más sobre este problema.

2º paso: “darse cuenta”

Es decir, identificar qué síntomas y desde cuándo están ocurriendo. Para ello, te proponemos:

  • Dedica un tiempo para enfocarte en cómo te estás sintiendo. Es recomendable hacerlo varias veces en distintos momentos y preguntarte “cómo me encuentro ahora mismo”. Escríbelo, incluyendo:
    • Síntomas o sensaciones físicas: tensión, dolores de cabeza, falta de energía, fatiga, sueño, cambios en el apetito, etc.
    • Sensaciones emocionales: desánimo, tristeza, vacío, inapetencia, melancolía, irritabilidad (más en niños y adolescentes), nerviosismo, inquietud, etc.
    • Síntomas cognitivos: Dificultad para concentrarte, para tomar decisiones, presencia de pensamientos negativos repetitivos, etc.
  • Observa si has ido cambiando de hábitos: más aislamiento, menos ejercicio, descuido de comidas, descuido de la imagen, desajuste de horas de sueño, etc. En chicos y chicas, además, cambios en la imagen, en el autocuidado, gustos, etc.

3er paso: “manos a la obra”

De manera activa introducir cambios:

  • Empieza por recobrar el autocuidado
    • Intenta pasar cuanto más tiempo en el exterior mejor, aprovecha al máximo las horas del día y el buen tiempo para no estar encerrado.
    • Haz descansos frecuentes en el trabajo buscando luz natural y ambientes iluminados.
    • Cuida las comidas y los ritmos de sueño.
    • Disminuye el consumo de alcohol (es depresor).
    • Haz ejercicio físico; si no eres deportista, al menos sal a caminar al exterior.
    • Mantén a raya el estrés laboral.
  • Aunque cueste mucho, retomar actividades placenteras.
    • Rodéate de personas que te hagan sentir bien.
    • Busca actividades que fomenten el humor, como películas divertidas, juegos, etc.
    • Habla con tus personas de confianza y diles por lo que estás pasando, no te lo guardes.

En caso de que no te sientas con fuerza o pienses que necesitas ayuda profesional, hazlo cuanto antes. Lo síntomas inicialmente pueden ser leves, pero según avancen, se harán más severos, así que cuanto antes los afrontes, mejor.

En el caso de que observes en tu hijo pequeño o adolescente lo síntomas citados y cambios de comportamiento, te recomendamos que busques asesoramiento profesional. Puede significar la manifestación de un empeoramiento del estado de ánimo que, en muchos casos, se ha mantenido oculto o parece como parte de la conducta normal de aislamiento de esa edad.

Consúltanos sin compromiso concertando una primera consulta gratuita.

Conclusión

El SAD, Trastorno Afectivo Estacional o Depresión de Invierno, es un tipo de depresión que aparece en otoño y desaparece en primavera. Pude aparecer a cualquier edad, pero es más frecuente entre los 18 y 30 años, y más en mujeres.

Los síntomas, que pueden ser leves o muy elevados, son los mismos que la depresión común y pueden darse en personas que no padezcan otros trastornos. Muy frecuentemente, aumentan el malestar de personas ya diagnosticadas de depresión, ansiedad o trastorno bipolar.

No se conoce exactamente la causa, pero se relaciona con la falta de luz solar y su influencia en los ciclos circadianos.

Los tratamientos indicados son los mismos que la depresión común y la terapia psicológica está especialmente recomendada.

Más información sobre Depresión Estacional

Os facilitamos el acceso a algunas fuentes consultadas por nosotros y artículos científicos por si queréis profundizar más en vuestro conocimiento sobre este trastorno.

Trastorno Afectivo Estacional: Mayo Clinic

Second‐generation antidepressants for treatment of seasonal Second‐generation antidepressants for treatment of seasonal affective disorder – Nussbaumer-Streit, B – 2021 _ Cochrane Library

Meyerhoff J, Young MA, Rohan KJ. Patterns of depressive symptom remission during the treatment of seasonal affective disorder with cognitive-behavioral therapy or light therapy. Depress Anxiety. 2018 May;35(5):457-467. doi: 10.1002/da.22739. Epub 2018 Apr 16. PMID: 29659120; PMCID: PMC5934317.

La rumiación cognitiva-emocional (Vorágine C-E): un complejo sintomático en el trastorno afectivo estacional en adolescentes. Un estudio cualitativo en un distrito de la Comunidad de Madrid.

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