Como muchas mujeres, quise ser mamá desde niña. Las muñecas ayudaban a que este deseo se arraigara en mi interior. No obstante, el instinto maternal se despertó en mí alrededor de los 30 años. Estuve más de seis años deseando con todo el corazón ser madre y sufría muchísimo porque las condiciones para cumplir mi sueño no se daban. Todo este sufrimiento generó numerosos problemas con mi pareja y me costó un divorcio.
Pasó un tiempo hasta que conocí a mi actual esposo, y muy pronto la vida nos premió con la promesa de ser padres. Las circunstancias fueron muy particulares, porque quedé embarazada durante un tiempo en el que no vivíamos en el mismo país: yo estaba haciendo mi doctorado en Canadá y él estaba trabajando en España. A pesar de eso creo, que pude sortear la distancia y compartir con él esos meses maravillosos en los que sentía como mi cuerpo y mi mente iban cambiando.
Pérdida del embarazo: el sueño se acabó
Lamentablemente, antes de acabar el tercer mes, el sueño acabó. Una semana estaba realizando una ecografía y a la siguiente estaban realizando el legrado. Fue el momento más duro de mi vida, y los meses siguientes sin duda los más dolorosos; agravaba mi situación el haber atravesado sola todo el proceso, porque sentía que nadie entendería cuán profunda era la herida que tenía.
Pasaron meses antes de que pudiera ver a una mujer embarazada o un bebe sin que se me estrujara el corazón y tardé más de un año en salir de mi duelo y comenzar a plantearme qué hacer con aquella mujer que veía frente al espejo y no reconocía.
Mi historia, no es más que una entre las mil historias más que hay de todas aquellas mujeres que hemos sufrido una pérdida durante el embarazo. Las estadísticas indican que el 25% de los embarazos (1 de cada 4) resulta en pérdida durante el primer trimestre. No obstante, a pesar de ser una cifra tan significativa, parece no haber en la sociedad un espacio para hablar y respetar el dolor de esta pérdida.
Como terapeuta trabajo mucho con pacientes que llegan a consulta privada buscando superar diversos tipos de duelo (muerte, separación o divorcio, pérdida de trabajo y cambios radicales de vida); de todos estos, el duelo gestacional es uno de los más complejos y complicados de superar.
Esto ocurre porque en muchos de los casos, las mujeres embarazadas no comparten la noticia hasta después del primer trimestre, con lo cual al ocurrir la pérdida del embarazo en ese período, tampoco se sienten en el derecho de poder compartirla.
Así, el apoyo social que se despliega en otros tipos de duelo marca mucho la diferencia en estos casos, convirtiendo el duelo gestacional en uno de los más solitarios y con menor despliegue de recursos colectivos para superarlo, tanto para la mujer como su las pareja.
El libro «A un paso de mí»
Respecto a este tema y a propósito del lanzamiento del libro «A un paso de mí» conversamos con Lorena Pallete en nuestro canal de Instagram @findyouranswer.psicologos.
Lorena es psicóloga educativa, especialista en crianza y con experiencia en temas de infertilidad, pérdida gestacional y perinatal. Recientemente ha lanzado, junto con María Luisa Reategui, un libro en el que narran sus propias pérdidas gestacionales y relatan sus procesos de sanación.
Lorena nos cuenta cómo sus problemas reproductivos y la pérdida de sus trillizos a las 22 semanas de embarazo hizo que creciera su interés profesional hacia estos temas. Es así como conoce a María Luisa Reategui, fundadora del Anydar, quien la invita a escribir este libro con el objetivo de ayudar, a través de sus experiencias, a muchas otras mujeres que hayan pasado por una pérdida del embarazo.
«Es un libro que habla sobre la sanación, sobre cómo atravesar el dolor. Queremos que la gente, al leerlo, pueda encontrar y utilizar alguna herramienta que la lleve a sanar».
Iniciativas como estas son de vital importancia en nuestra sociedad porque ayudan a dar un espacio y poner sobre la mesa temas que siguen siendo tabú, temas de los que nadie quiere hablar porque generan dolor, dan miedo o están mal vistos en la sociedad.
Esto hace que una mujer que ha pasado por una pérdida atraviese por uno de los duelos más solitarios que existen. «El interés de escribir este libro es poder darle un espacio a estos seres que existieron, no los vimos, no estuvieron físicamente con nosotros; pero cuando sale el test positivo, en tu imaginario ya no es un conjunto de células, sino que ya es un ser que existe en tu corazón y en tu mente y, cuando deja de existir, es como si nunca hubiera existido.»
Como explica Lorena, es importante que la sociedad haga un espacio para estos casos donde «no hay muerto que velar».
En la mayoría de los países, sobre todo si la pérdida ha sido en el primer trimestre, por temas legales y burocráticos, no entregan el embrión o feto, es decir, no hay un ritual de despedida, no hay ninguna estructura social que permita acompañar a los padres en su dolor para atravesar el duelo y seguir adelante.
Al no existir un soporte social ni un sistema sanitario preparado para manejar este tipo de situaciones, el camino de recuperación se hace más difícil. Lo paradójico es, como anotamos al comienzo, que estamos hablando de un alto porcentaje de mujeres y parejas que deben atravesar por estos momentos en sus vidas y en sus relaciones y lo tienen que hacer sin el apoyo de un organismo que los guíe en el proceso.
Como comentamos en nuestra entrevista con Lorena, generalmente el tiempo para tomar la decisión de hacer un legrado es muy corto, no hay espacio para prepararse psicológicamente para lo que vendrá.
Por otro lado, desde las instituciones sanitarias parece que todo acaba una vez realizada la operación, cuando en realidad es justamente lo contrario.
Urge entonces que se invierta en formaciones especiales para que médicos, enfermeras y psicólogos puedan acompañar a las pacientes desde una perspectiva más holistica en la que se considere el aborto como un proceso y no como un estado: saber dar la noticia, dar tiempo para procesar la información, acompañar en las decisiones, dejar que el cuerpo de la mujer realice el proceso pre y post aborto, ser conscientes de que se entrará en un estado de shock, ofrecer calma, empatía y validación. «Una mujer acaba de escuchar que el bebé y todos sus proyectos de familia que tenía se acaban en unos cuantos minutos, el estado emocional en el que uno está no es capaz de procesar la información. Por más que te lo digan, se necesita tiempo para entender y asimilar la noticia. El cuerpo también se demora en regresar a su estado anterior, se hace un postnatal sin bebé, esos 40 días del cambio hormonal impacta en tu vida. Como te traten durante la pérdida va a ser decisivo, estar acompañada es crucial para poder superar la pérdida y que no se convierta en un duelo patológico».
Un sistema sanitario preparado para abordar esta situación
Igual de importante que tener un sistema sanitario preparado para abordar esta situación, es poder educar a la sociedad en cómo manejar el tema. Frases como: «las cosas pasan por algo», «tal vez era lo mejor», «no era tu momento», «ya vendrán más», seguramente son dichas con las mejores intenciones, pero pueden incrementar la herida de aquella mujer que está sufriendo.
Muchas veces un abrazo, un «te acompaño en tu dolor», o un «vivirá contigo para siempre» ayudan a validar la pérdida y ha sentirse entendida y respetada. «Lo que sentimos es que ese bebe no ha sido validado, que no nació, no existió, porque nunca nadie lo miró; que nadie te diga un lo siento, aquí estoy, que nadie te da el pésame.»
De la misma manera, el apoyo de la pareja es fundamental; este es un momento de crisis que va a requerir que la pareja despliegue muchos recursos para sobrepasar la pérdida y encontrar la fortaleza para continuar con la relación.
Por tanto respetarse y apoyarse mutuamente es fundamental para que este duelo, que es de ambos y también de cada uno, no dañe la relación de pareja. «Las historias personales son distintas y también se tienen que atravesar de forma diferente y trabajar de manera independiente.»
Utilizar la comunicación de manera efectiva es indispensable en estos momentos: poder expresar lo que se siente sin miedo a ser juzgado, compartir los miedos, respetar que cada uno va a atravesar el dolor de forma y en tiempos diferentes y que así como va a haber avances, también habrá recaídas tanto de manera individual como en pareja. Ser empático, compasivo y validar tanto lo que uno siente como lo que siente la pareja puede ayudar muchísimo.
Lorena sugiere que iniciar un proceso de terapia individual puede ser de gran ayuda porque se permite tener un espacio donde poder desahogarse y conversar sobre lo que uno piensa y siente. Si bien hay una diferencia biológica y hormonal que hace que el duelo de la mujer sea más intenso, esto no significa que el hombre no lleve también una carga muy pesada.
Lorena recomienda buscar actividades que permitan aferrarse a algo en lo que uno crea, ya sea meditación, yoga, religión o incluso hacer ejercicios, algo que nos permita encontrar espacios de calma en los que podamos escucharnos interiormente.
Otra herramienta que es bastante útil es buscar a través de la expresión artística un espacio para poder hacer catarsis, ya sea escribiendo, componiendo música o pintando, la idea es poder plasmar el dolor que se siente para poder hacer algo con él. «Lo primero es empatizar con lo que se siente, entender que ese sentimiento es algo inevitable porque una pérdida siempre trae sufrimiento; lo mejor es verla, aceptarla, atravesarla.»
Este duelo, como otros, implica pasar por muchas fases y sentir diferentes emociones, rabia, envidia, confusión, tristeza; es entonces fundamental no anclarse en estas emociones, sino ser capaz de identificarlas, observarlas y aceptarlas.
Solo haciendo algo con ellas seremos capaces no de olvidar (que no es el objetivo), sino de aprender una manera de sanar para ser capaces de continuar el camino, sea cual sea el que haya tocado vivir.
Recomendaciones para sobrellevar la pérdida del embarazo
A modo de conclusión y a partir de la entrevista con Lorena Pallete y de las opiniones vertidas en este artículo, dejamos aquí algunas recomendaciones que pueden ayudar a sobrellevar un momento tan doloroso como este:
- Empatiza con lo que sientes, para poder superarlo, antes tienes que aceptarlo.
- Busca una red de apoyo, es importante contar con personas que te sostengan y entiendan, así sean pocas, contar con un soporte emocional externo ayuda a aliviar el dolor.
- Comunícate con tu pareja, cada uno a su manera pero ambos están pasando por un momento difícil; valida lo que el otro siente, comunicaos desde el respeto y la compasión.
- Refúgiate en actividades que te ayuden a aferrarte a algo en lo que creer, busca espacios que te den calma y que te ayuden a escucharte interiormente.
- Realiza actividades catárticas que te permitan sacar el dolor que llevas dentro para poder trabajar con él: escribir, componer música, pintar.
- Sería ideal que ambos podáis iniciar un proceso de terapia individual en el que puedan conversar de las preocupaciones y los miedos de manera confiable y segura.
- Finalmente, insistimos en la importancia de tener un sistema sanitario y social que apoye y soporte a la pareja tanto antes como después de la pérdida, así como la necesidad de crear lugares que brinden un espacio para hablar sobre este tema y poder aprender a superarlo.
Una vez más, felicitamos a Lorena Pallete y María Luisa Reategui porque creemos que su libro es justamente un gran intento de avanzar en esta dirección.
Pueden escuchar la entrevista completa en nuestra cuenta de Instagram @findyouranswer.psicologos
Si tienen alguna duda o comentario pueden escribirnos a nuestro correo: info@findyouranswer.es